Tercer capítulo de The Leftovers y tercera vez que vemos lo acontecimientos ocurridos después del final de la primera temporada. Esta vez desde el punto de vista de Laurie y Tom que se quedaron en Mapleton después de los grabes incidentes protagonizados por los Guilty Remnants. ¿Lo comentamos?

Antes de empezar, tengo que confesar que esta serie consigue hacerme sufrir. Y creo que una de las razones principales es  su música. La banda sonora de Max Ritcher es excepcional y encima en muchos capítulos nos cuelan algún titulo extra que también añade dramatismo a las escenas. En este caso el Where Is My Mind a piano de Maxence Cyrin es sublime. Aquí os lo dejo por si queréis revivirlo.

Segunda confesión, al ver que el episodio estaba centrado en estos dos personajes me frustré un poco. La trama de Tom del año pasado era de lo que menos me interesaba y la de Laurie tuvo muchos altibajos, pero este 2×03 ha logrado que recupere el interés sobre ellos. Vamos a ello!

El capítulo empieza con Susan, una integrante de los Guilty Remnants (GR de ahora en adelante) que parece haber perdido el interés por pertenecer a la secta de los fumadores silenciosos. Vemos que Tom también está ahí, pero al poco tiempo nos damos cuenta de que en realidad es un topo. Su trabajo consiste en infiltrarse en los diferentes grupos de GR que se van creando y detectar aquellas personas que se encuentran más débiles, perdidas o poco convencidas, para llevárselas a Laurie quién ha creado su propia secta con el fin de que esas personas puedan “rehabilitarse” y volver a sus vidas cotidianas.

Curioso este cambio en el personaje de Laurie. Ha pasado de ser un integrante importante de los GR a enfrentarse a ellos con la mínima ayuda de su hijo. Ya desde el principio del episodio parece una batalla perdida, ellos son más, siguen reclutando gente, y parecen si cabe, más intimidatorios que en la primera temporada. Pero Laurie, tiene esperanza. Cree que la rehabilitación es posible (aunque tengan que estar constantemente con chicles y parches de nicotina) y tiene un arma secreta: está escribiendo un libro para demostrar que, al contrario de lo que se piensa la sociedad, los GR no saben nada, son un pozo para todo aquél que se haya cansado de luchar y te obligan a despojarte de todos tus lazos con el pasado.

Creo que con este capítulo he llegado a entender un poco más a los GR. La mayoría de sus integrantes, cómo es el caso de Susan han perdido sus ganas de vivir en un mundo donde en cualquier momento pueden esfumarse tus seres más queridos. Cierto que sólo ha ocurrido una vez, pero al no tener explicación sobre el suceso, tenemos que pensar que ellos viven con la posibilidad de que en cualquier momento pueda volver a ocurrir. En definitiva, esas personas buscan un lugar dónde desaparecer. Desaparecer cómo lo hicieron los “ascendidos” en su momento, desaparecer para no tener que lidiar con el vacío que dejaron en la sociedad, para no sentir dolor, para ser nadie y para hacer que la gente de a pie no los olvide.

¡Seguimos! En su intento por reclutar a más gente, Tom es cazado. Así que, previo forcejeo, lo esposan en la parte trasera de un camión y lo llevan a ver a….¿¡Meg!? No me esperaba para nada esta aparición (he de decir que no suelo mirarme los avances de capítulos, no se si Meg salía en ellos).  Y este es uno de esos momentos que te encuentras en casi cada capítulo de The Leftovers en que te preguntas ¿qué c……. está pasando? Meg desnuda a Tom y se suba encima suyo: venga, fiesta!!  El pobre no sabe si poner cara de incrédulo o de placer, sea cómo sea, la acción acaba rápido. Entonces sacan a Tom del camión, lo empapan de gasolina (o eso le hacen creer) y Meg después de encenderse un cigarro en su cara le suelta la frase: “Dile a tu madre que Meg manda recuerdos”. Aparición estelar y con aires de grandeza. Parece que Meg es ahora una figura muy importante en los GR, veremos qué consecuencias tiene esto para los Garvey.

Tom explota contra su madre, está harto de hacer el trabajo sucio y no acaba de estar convencido de que los GR sean tan malos, empieza a creer que ellos son los que tienen razón, que saben algo. También lo cree el que será el editor del libro de Laurie, que la acosa a preguntas sobre los GR y le dice que al libro le falta sentimiento, que explique cómo se sintió cuando casi muere Jill por su culpa. Y eso precisamente, es algo que Laurie no tiene superado. Todas esas preguntas, junto con la noticia de que Susan ha muerto estampando su coche contra un camión, logran sacar a Laurie de quicio y tiene que ser rescatada por Tom del cuartelillo. Por cierto, ya antes del episodio Laurie podría haber acabado en la cárcel por su atropello a los dos GR que se encuentra en medio de la calle.

Y llegamos a la última escena del capítulo. Los rehabilitados de Laurie se encuentran de nuevo, esta vez en su casa ya que le han cerrado el local dónde se encontraban. Tom y Laurie han decidido que deben dar algo a “los rehabilitados” cómo se lo dan los GR a sus seguidores. Ése algo es el propio Tom. Nos cuenta que Sam Wayne, le traspasó sus poderes antes de morir. Así Tom, tiene ahora el don de sacar el dolor de la gente de un solo abrazo, ese don que ya vimos que funcionaba con Nora en la primera temporada. Ese será el arma que use Laurie para hacer frente a los GR. ¿Quién necesita un abrazo?

Hasta aquí la review de Off Ramp. A ver si en el 2×04 empieza la acción que ya estamos más que situados en este nuevo escenario. ¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Habéis recuperado un poco la fe en Laurie y Tom? ¿Os creéis realmente los poderes de Sam Wayne?

Detalle EXTRA: ¿Os habéis fijado en la noticia que escucha Laurie mientras escribe el libro? Dice que en Australia un hombre al que se creía muerto ha emergido de una cueva repleto de picadas de mosquito y diciendo que había estado en un hotel. El editor del libro también se refiere a ello, nos dice que ése mismo hombre de Australia afirma que ha estado en el otro lado y que no puede morir. No tendrá más relevancia en la serie, pero ahí nos lo dejan para que nos rompamos la cabeza.